El jugador de las Águilas UPAEP describe sus inicios en el basquetbol

Con un plan de vida bien establecido en torno al baloncesto, el movedor titular de las Águilas UPAEP, Iván Montano, trabaja día a día en su afán de alcanzar los objetivos que se ha trazado, justo como desde niño los ha conseguido, gracias a la constancia, dedicación, humildad, calidad y cualidades que lo caracterizan.Nacido en Xalapa, Veracruz, el 17 de septiembre de 1998, Iván Montano Macías tuvo desde temprana edad un gusto marcado por el deporte ráfaga, heredado por sus padres y hermanos que siempre así lo practicaron, y que tras mudar su residencia a Puebla, marcó el inicio de una promisoria carrera.»Desde chiquito comencé con básquetbol, soy de una familia basquetbolera, mis papás jugaron en su momento, tengo dos hermanos mayores que también lo jugaron, en su momento fueron conocidos en la Liga. Todo empezó en la Unidad Deportiva ‘Mario Vázquez Raña, pero el primer torneo de calidad donde supe que haría algo importante fue en la Liga Telmex Nájera».

Tras demostrar su talento nato, Iván pronto logró incursionar en el representativo de la entidad, que en el 2009, a él lo llevó a participar de su primera Olimpiada Nacional en Tijuana, Baja California, donde supo que gran parte de su vida habría de girar en torno y para el baloncesto. «Fue un cambio radical de estar entrenando por gusto y después viajar a una Olimpiada Nacional, ahí me di cuenta de la inmensidad de la competencia, en ese año era de los más pequeños, vi a muchos jugadores que estaban ya incluso en universidad, fue una experiencia muy agradable, el viajar, conocer amigos, fue cuando me di cuenta de que el básquetbol iba a ser algo importante, que podía ayudar a mis padres con una beca para la escuela, conocer lugares, gente que cambiaron mi vida».

Durante su paso como seleccionado poblano, Montano Macías participó de tres Olimpiadas más, donde su más grande logro fue precisamente en su natal Xalapa, donde obtuvo el segundo lugar nacional, mismo que a él sirvió para ganarse un sitio dentro de los mejores prospectos del rubro en el país. «Asistí a cuatro Olimpiadas Nacionales, mi mejor lugar fue el segundo, que fue de hecho en Xalapa, perdimos con el anfitrión, en ese proceso llegué a jugar en la Universidad Madero, jugué en Conadeip, me coroné desde Infantil Mayor, Juvenil A y Juvenil C, además de torneos escolares, que fueron sin duda muy importantes».

Como estudiante y deportista modelo, la instrucción y apoyo de su familia resultó fundamental en su búsqueda de nuevos retos, donde al concluir con su etapa de preparatoria, su destreza lo llevó a recibir ofertas de distintas instituciones, pero no fue más que la UPAEP quien a él atrapó por su programa deportivo y también académico en la elección de su carrera.»Desde que era pequeño mi ilusión era elegir una carrera y una escuela, porqué no buscar una beca, cuando terminé mi ciclo en prepa, fue una etapa difícil para tomar una decisión, tuve unas cuatro o cinco ofertas, pero al final me decidí por venir a UPAEP, en primera instancia por el coach, Javier Ceniceros, por lo que yo quiero en mi futuro, en mi vida deportiva y profesional, lo que yo pensé es que Javier me daría esa ventaja, que me abriera esas oportunidades a Selección Mexicana, para jugar en algún equipo profesional. En cuanto a la carrera universitaria, elegí la Ingeniería Industrial, al ver otras escuelas, en UPAEP me presentaron el plan de trabajo, que a mis papás y a mí nos convenció».

Águila de altos vuelos consciente de que las Águilas han sido y son siempre protagonistas en el rubro del baloncesto, Iván no dudó ni un solo instante en tomar la oportunidad para probarse así mismo que cuenta con las condiciones para trascender y marcar historia con los rojiblancos, de ahí que en un principio debió padecer como cualquier novato, aunque siempre logró destacarse y ganarse un puesto de manera leal. «Cuando decidí venir a UPAEP fue por el equipo que se tenía, estaba seguro que desde que llegara iba a ser para pelear finales, al inicio fue complicado, como todo es complicado llegar a un lugar nuevo, a un sistema nuevo, a conocer gente nueva, pero la verdad, desde el principio los compañeros, el coach y el asistente me dieron mucha confianza, esa esencia de amistad, un sentido humano que me hizo sentir a gusto, nunca inconforme, como todo, tuve que empezar desde abajo, demostrar por qué estaba aquí, se me fueron dando las oportunidades, me fui sintiendo más cómodo, tanto dentro, como fuera de la cancha y los resultados se fueron dando».Si bien el año de su debut no fue en nada sencillo, al final del mismo Montano cumplió con las expectativas que de la organización tuvo, ello gracias al trabajo, pero sobre todo a la constancia y paciencia, que a él abrieron pronto la puerta para saltar de la banca a la quinteta titular.

«El primer semestre fue complicado por lo mismo de que era nuevo, el tener que entender que era novato, pagar el derecho de piso, pero siempre lo tuve en mente y por eso nunca me desesperé, las cosas se fueron dando en lo personal, como para el equipo. Lo más complicado fue al iniciar el segundo semestre porque algunos compañeros se tuvieron que ir, fue un cambio radical, después de estar como un sexto, séptimo hombre, convertirme en el jugador que se tenía que echar el equipo al hombro para mí fue un cambio radical, al inicio tuvimos que aprender todos, no sólo yo, porque otros también eran novatos y nos convertimos en titulares, durante el semestre tuvimos que aprender, gracias al coach y su cuerpo técnico, aprendimos, hicimos cosas muy rescatables, lo mejor fue cuando llegamos a los ‘Ocho Grandes’, donde nadie lo esperaba pero logramos el segundo lugar». Precisamente con la experiencia previa de haber llegado a la gran final de la Liga ABE, sabe que ahora en su segundo año ese es el objetivo primario, volver a pelear por la corona, pero con el reto de obtenerla, situación que advierte, lograrán con base en el trabajo constante, sin importar lo difícil que el panorama pudiera resultar.

«En lo personal, mi tercer semestre fue difícil por la parte física, porque casi no tuve descanso, llegué a muchos juegos agotado, pero siempre respondí, cerramos bien la primera vuelta, con apenas cinco perdidos, estamos entre los primeros ocho, estamos mejor ahora, si bien hubo una baja fuerte, como hemos entrenado, vamos a hacer una buena segunda parte, que es la más importante porque es donde se cierran los torneos, al tener la experiencia de cómo es, sabremos dosificarnos, en las cargas de trabajo, de juegos, no será fácil, tenemos juegos pendientes del semestre anterior, van a ser muchos partidos». Y es que sin actividad dentro del Condde, debido al empalme en calendarios y a los gastos que implica el acudir a la Universiada Nacional, sabe que el compromiso de rendir buenas cuentas es mayor, cuestión que lo alienta a dar el todo por el todo en su afán de ser considerado como un bastión del cuadro emplumado.»Este año por razones de las faltas, de que son muchos juegos de ABE, por los ‘Ocho Grandes’ que son en Tijuana, el gasto, no entraremos este año al Condde, nos quedaremos con esa espinita, pero con más razón nos tenemos que enfocar más en la ABE y hacer un mejor trabajo».

CON CALIDAD DE SELECCIÓN NACIONAL

Sin lugar a dudas, otro de los grandes éxitos que Iván ha cosechado durante su corta estancia con la UPAEP, fue el llamado a la Selección Universitaria, donde si bien no logró superar el corte final, la experiencia vivida fue un anticipo de lo que buscará y de lo que desea consolidar en el corto plazo.»Cuando yo terminé los ‘Ocho Grandes’, el coach Ceniceros me comentó que me iban a llamar, así que no descansé para prepararme bien. Ya con la pre selección fue un ambiente totalmente diferente, porque todos llegamos con la ilusión de quedarnos, de representar a México, no lo veo como un fracaso, sabía que iba a ser complicado, porque había jugadores de último año, pero me quedé con ese mal sabor de boca, tal vez hubo cosas que no hice como debiera, pero la experiencia es con lo que me quedo, de alguna manera con la motivación de pronto estar de vuelta para pelear la Universiada Mundial».    

Apenas concluida su estadía con el representativo tricolor estudiantil, un nuevo llamado tocó a su puerta, ahora con la Selección Mayor, donde tuvo la oportunidad de codearse con lo más selecto del rubro en el país, lo que a él amplió su panorama de objetivos, con la seguridad de que algún día volverá a ser convocado y formará parte del equipo final. «Fue un cambio radical, en la preparación, en la Universitaria los entrenamientos eran muy diferentes en comparación con la mayor, muchas cosas que tal vez no son tangibles, pero que son eficaces, que es lo que hace la diferencia entre un jugador estudiantil a uno profesional, que ya se dedica al cien, que es como un trabajo». Si bien aún como universitario son varios los retos que desea cumplir, en su mente está también jugar como profesional, situación que sabe deberá aguardar a pesar de haber recibido ya diversas ofertas, consciente de que la educación es un pilar fundamental y un respaldo vital para los deportistas de alto rendimiento.

«En el verano me llegaron ofertas para jugar profesional, lo tomé con mucha calma, yo sé que los ciclos van a llegar, que las etapas se deben cumplir, por mucho que me ofrezcan un buen salario, en estos momentos quiero terminar mi carrera, quiero decir que fui campeón de ABE, de CONDDE, quiero cerrar esos ciclos, después ver qué procede en el profesionalismo». A la espera de que el tiempo transcurra, Montano Macías es claro, pues si bien la Ingeniería le apasiona, no es al día de hoy más importante que jugar, de ahí que su apuesta es convertirse en profesional, trabajar para llegar lo más lejos que le sea posible y una vez finalizado ese ciclo, emprender, por qué no, una carrera como entrenador, siempre teniendo como un seguro de vida la educación.

«Me gustaría en algún momento poder compartir todo lo que el básquet me ha dejado, ayudar a los jóvenes, pero cuando termine mi carrera, la deportiva, incluso la profesional, me gustaría hacerlo como un hobbie, cuando esté más grande compartir lo que me ha dejado el básquetbol, hoy en día todo lo que tengo es gracias al básquetbol, la escuela, mis amigos, mi familia, todos los lugares que conozco ha sido gracias al básquetbol, por qué no ayudar a la gente que no tiene recursos para pagarse la escuela, pero que tenga el talento para poder sobresalir», finalizó.

Fuente: Edgar González (www.milenio.com/puebla)