Conoce al entrenador del ITESM Campus Laguna

Como suele ocurrir con mucha frecuencia, a sus diez años de edad, Óscar Yander Hernández Barrón se inclinaba por el futbol, un deporte que le apasionaba y que practicaba con singular éxito. En ese entonces cursaba la educación primaria en la Escuela Benjamín Gurrola Carrera de su natal Durango.

«Primero jugábamos futbol, pero después, al construirse canchas en la escuela, hubo la posibilidad de practicar el basquetbol y a muchos nos agradó esta nueva opción. Cuando apenas cursaba el sexto grado de primaria, fui parte de la Selección de Durango, manteniendo mi lugar en el equipo estatal hasta los 15 años».

Después de esta etapa, recuerda fue llamado a integrar la Selección Nacional Sub-15 y Sub-17, incluso con la posibilidad de asistir al Campeonato Nacional de Singapur e Italia, aunque por diversas razones esto no fue posible, quedando sólo como un sueño para este juvenil elemento.

Sus cualidades para la práctica del baloncesto, le valieron recibir una invitación para estudiar en la Universidad Autónoma Noreste-Saltillo, sólo que dicho proyecto se cayó y entonces se presentó el ofrecimiento de una beca para el Centro de Estudios Universitarios de Monterrey (CEUM), donde además de estudiar la carrera de Licenciatura en Administración de Empresas, tuvo la oportunidad de jugar basquetbol a buen nivel.

«Llegar a esa universidad fue mi gran oportunidad para jugar basquetbol, hubo becas, premios y desde luego la posibilidad de tener una mayor proyección en el basquetbol, con viajes a Japón, Estados Unidos y Centroamérica».

En Estados Unidos jugó varios Campeonatos Latinos y ganó tres campeonatos en los cinco años que estuvo con el equipo, además de lograr dos cetros más de CONADEIP. Durante ese lapso, fue tres años continuos seleccionado nacional estudiantil.

Esta trayectoria como jugador universitario, le valió ser invitado en 1997 a la escuadra de Leñadores de Durango, perteneciente a la Liga Nacional de Basquetbol Profesional, a donde fue llevado por el coach Lasalle Taylor.

En este equipo permaneció por espacio de tres años y al desaparecer esta quinteta del circuito profesional, el jugador duranguense se enroló en los Correcaminos de Reynosa, escuadra en la cual militó un año, pasando después a los Algodoneros de la Comarca, equipo en el que se mantuvo por espacio de seis años, cumpliendo así una década como jugador profesional.

A los 34 años, decidió retirarse como jugador profesional activo y aunque tuvo invitaciones para ir a varias ligas que operan en forma regional en territorio mexicano, prefirió, sin embargo, continuar con su trabajo en las escuelas de basquetbol a su cargo. Su destino estaba marcado y su vocación se impuso a su gusto por jugar en el terreno profesional. «Creo que me retiré a tiempo, no es bueno dar lástima».

Reconoce el basquetbolista que uno de sus grandes sueños no alcanzados en su carrera como profesional, fue disfrutar la conquista de un campeonato, quedándose muy cerca de lograrlo con Durango, donde disputó una final que se perdió, mientras que con Algodoneros de la Comarca, llegó hasta la semifinal, donde cayeron ante Ciudad Juárez.

«El coach Castroverde me quería preparar como auxiliar de equipos profesionales, pero preferí ser entrenador de niños, jóvenes y equipos estudiantiles.

En 2001, cuando llegué a jugar con Algodoneros, vi la oportunidad de quedarme en Torreón, había campo de trabajo como entrenador de basquetbol y como jugador; hoy en día trabajo para el Tecnológico de La Laguna, Tecnológico de Monterrey y la Escuela de Basquetbol Algodoneros (ESBAL)».

ESBAL es sin duda uno de sus grandes orgullos, ya que en casi 10 años de trabajo, logró contribuir a la formación deportiva de una importante cantidad de niños y jóvenes laguneros, al lado de quienes ha conseguido dos medallas de bronce en Olimpiada Nacional, así como la representación por México para asistir al certamen internacional de YBOA en la ciudad de Orlando, a donde por cuestiones económicas no se pudo asistir.

Sigue su vocación

«Me gusta enseñar basquetbol a los muchachos y ver su evolución como deportistas, en el ámbito personal y como estudiantes. Mediante mi trabajo contribuyo a formar buenos ciudadanos y mejores seres humanos. Esto es lo que más me gusta hacer y me pagan por ello».

Óscar dice no estar arrepentido por no ejercer su carrera en administración de empresas, y afirma que en un principio trabajó en el Gobierno del Estado de Durango, pero se dio cuenta que el encierro definitivamente no es para él. «Lo que hago, lo hago con mucho gusto, lo disfruto y en la cancha soy tan feliz como mis alumnos».

Inconforme con organización de basquetbol en México

Para este formador de talentos, la organización que se tiene en el baloncesto nacional es pésima, considerando como una burla que existan dos organizaciones que se disputen el poder sobre este deporte y el hecho de que sus directivos velen únicamente por sus intereses personales y no por los de toda una comunidad deportiva.

«Es increíble que los deportistas tengan que dejar de jugar por los problemas que se traen las gentes de pantalón largo, quienes demuestran que aquello que menos les interesa es el deporte».

Asegura el entrenador que a nivel local, las cosas no son muy diferentes, ya que las autoridades no muestra interés en invertir en proyectos deportivos que realmente beneficien a la niñez y la juventud, más aún en las condiciones en que se vive actualmente.

Con los Borregos del ITESM Campus Laguna

Tras ocho años como entrenador de esta institución universitaria, el entrenador Hernández Barrón sumó un importante logro con su equipo en la Temporada 2014-15 de la Liga ABE, en el Campeonato de la División II realizado en Mérida, Yucatán.

Con tan solo un juego perdido en la Zona Norte (21-1), esa temporada los Borregos llegaron a la fase final en Yucatán como uno de los equipos favoritos, en un torneo que reunió a los mejores 16 equipos de la División II.

Durante ese torneo y en la fase de grupos, el Tec Laguna ganó por un punto en tiempo extra contra la Universidad Iberoamericana, ganó por dos puntos sobre la UVM Querétaro, perdió por tres contra la UNAM; y en cuartos de final, ganó por uno a los Tucanes de la Autónoma de Chiapas. En la semifinal, los Borregos Laguna ganaron solo por un punto a la UNLA de Morelia, en un juego memorable donde remontaron una desventaja de 15 puntos. En la final nacional, el equipo lagunero perdió por tres puntos contra el ITESM Campus Puebla.

A pesar de la derrota contra los poblanos, el equipo lagunero consiguió lo más importante: su boleto de ascenso a la máxima categoría del basquetbol universitario de México. En su segunda temporada en la División Uno, el entrenador comentó sobre la actualidad del equipo:

“La primera temporada en la División Uno sabíamos que íbamos a pelear el descenso, por diferentes razones, porque el equipo está conformado por jugadores laguneros, no tenemos nadie de fuera, no tenemos becas, no tenemos casa para los muchachos; pero lo que si es que ellos tienen un gran corazón, un gran compromiso. Saben lo que se tiene que dar en la Liga ABE y lo estamos asimilando bien, la temporada pasada a estas alturas llevábamos un juego ganado, pero ahora todo esto nos motiva, a seguir luchando, nunca nos damos por vencidos y tratamos de seguir adelante”.

La Liga ABE se encuentra en su recta final, y esta temporada 2016-17, los Borregos del Tec Laguna tienen un récord de ocho ganados y 13 perdidos, por cierto, varias de esas derrotas con marcadores apretados. Esta temporada en la División Uno tiene un ingrediente extra: el descenso. Ahora los dos equipos con el peor récord por cada rama descenderán a la División II. Ante esta presión, el entrenador fue puntual:

“Como entrenador quiero permanecer en la División Uno, aunque necesitamos mayor apoyo sabemos la dificultad que eso implica; es parte de nuestro ADN, estar batallando y seguir triunfando”.

 

Joel Flores El Siglo de Torreón/ Redacción ABE